¿Que te apetece leer?
Cuéntanos qué quieres leer y el Recomendador te dirá qué libros encajan con tus preferencias.
finalista
finalista
MEJOR NOVELA
extranjera
perteneciente a saga
perteneciente a saga
Templis
2021

El color del odio (Pares y nones II)
Malorie Blackman

Destino
Reseñas de novedades El Templo#83 (agosto 2021)
Por Daniel Renedo
1.473 lecturas

¡Cuidado! Esta reseña contiene spoilers de lo acontecido a las familias Hadley y McGregor en Pares y nones.

Callum McGregor está muerto. También lo está Ryan McGregor, su padre. Pero la vida de sus familiares y aquellos que los conocieron sigue...

Jude McGregor, quien se encuentra en paradero desconocido, considera que su hermano, aun muerto, puede seguir sirviendo a la Milicia de Liberación: ejecutándolo, lo han convertido en un mártir. Ahora bien, lo que anhela, por encima de todo, es la venganza; quiere que Sephy pague por lo que ha hecho.

Con tan solo dieciocho años y completamente sola, Sephy Hadley acaba de dar a luz en un hospital público a una niña que nunca conocerá a su padre. Para ella, Sephy escribe un diario en el que le habla de él. Pero no tienen adonde ir. No obstante, un anuncio en el periódico con el nacimiento de la pequeña Callie Rose hará que deje de ser así.

Publicado originalmente en 2004, tres años después de la salida del primer volumen de la saga en Reino Unido, El color del odio continúa los sucesos de Pares y nones. La saga compone una especie de tapiz, puesto que las diferentes novelas siguen a distintos personajes (y sus sucesores) a lo largo del tiempo: una Callie Rose adolescente es narradora en la tercera parte. De esta forma, Pares y nones y El color del odio son, si no dos caras de una misma moneda, el reflejo de la ley de la causa y efecto de forma inmediata.

El color del odio cuenta con Sephy y, a falta de Callum, Jude como narradores y explora como tema central el odio, yuxtapuesto al de Pares y nones: el amor. Jude se convierte en contrapunto y son sus acciones, que representan la violencia que el odio engendra, las que hablan por él... pero las de Sephy también lo hacen.

La secuela empieza de forma pausada e incluso reiterativa, pero estas bases que parecen estables sirven a Malorie Blackman para, más adelante, hacer ver lo inestables que en realidad son. Aunque pueda no dar esa sensación al inicio, Sephy es quien termina llevando casi todo el peso de la trama. Su evolución es la que da valor y sentido al todo: la sociedad está podrida, pero Sephy no lo está.

La pluma de la autora británica corta como el filo de un cuchillo. Por medio de ella, Blackman disecciona y despedaza una sociedad desigual e injusta, y deja a la vista todas sus piezas y engranajes.