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Crónicas de la Torre
Laura Gallego

SM
El reportero recomienda El Templo#71 (agosto 2019)
Por Marta Álvarez
9.048 lecturas

Crónicas de la Torre, Laura Gallego Dana tiene muchos hermanos, y sus padres la han criado como a una más. Sin embargo, todos sienten que ella es diferente. El único que la trata con normalidad es su amigo Kai, algo muy poco normal, de hecho, pues es un chico al que solo Dana puede ver. Al menos hasta que el Maestro Suren aparece en la puerta de su granja y se la lleva a la Torre, en el corazón del peligroso valle de los lobos. Allí, según dice, le enseñará a dominar la magia que crece en su interior.

Así comienza El valle de los lobos (Crónicas de la Torre I), la primera saga de Laura Gallego. El mundo que conocemos en ella no es tan exuberante como Idhún, que llegaría después, pero, precisamente, parte del encanto de esta trilogía radica en su sencillez. Tiene todo lo que podría pedírsele a una novela de fantasía clásica: elfos y unicornios, licántropos y archimagos, profecías, venganzas y antiguos secretos… Y romance, por supuesto, de esos llenos de obstáculos y que, precisamente por ello, tienen su propia magia. Pero no te preocupes, en Crónicas de la Torre ¡el amor no roba protagonismo a la aventura!

Laura Gallego nos abre las puertas poco a poco: pasan varios años entre novela y novela; cada una introduce nuevos personajes y nos enseña cómo ha evolucionado el mundo en nuestra ausencia. Así, pasamos del ostracismo de El valle de los lobos, cuya trama se desarrolla en la Torre y con tan solo cinco personajes, a las complejas historias de La maldición del Maestro y La llamada de los muertos, prácticamente corales, con nuevos alumnos y villanos que sacan al lector a vivir aventuras más allá del valle.

A pesar de eso, el elemento central de la trilogía siempre es la Torre. Allí se enseña magia, que en este universo está basada en los cuatro elementos; cada uno es un nivel, hasta llegar al fuego, el más difícil de dominar. La división por elementos puede parecer algo manido, pero Laura Gallego le da su toque especial, y el resultado es un sistema de magia sólido y fascinante, en el que también tienen cabida todo tipo de maldiciones, objetos mágicos, demonios y hasta fantasmas.

Al principio, Dana y Fenris son los únicos alumnos de esta escuela, pero la cosa cambia conforme pasan los años (y las novelas): la Torre, que empieza estando casi abandonada, termina… bueno, digamos que termina de otra manera. Evoluciona, como un personaje más.
Esos personajes son otro de los pilares de la saga; cuesta recordar a alguno que no tenga su propio encanto: Salamandra, la bailarina del fuego, el siniestro Morderek o la cándida Iris son solo algunos de ellos, aunque, sin duda, uno de los más queridos es Fenris, que protagonizó su propia precuela, Fenris, el elfo. La autora quiso explorar su fascinante historia (que no os vamos a spoilear, pero os aseguramos que tiene mucha miga), recopilando los detalles que se cuentan sobre ella en la trilogía principal para confiarnos, por fin, cómo llegó Fenris hasta donde lo encontramos en El valle de los lobos.

Si la magia de los tres soles y las tres lunas te cautivó (o incluso si no lo hizo), desde El Templo te recomendamos que viajes hasta la Torre. Quizás parezca un lugar solitario, incluso maldito, pero te aseguramos que esconde secretos que no te arrepentirás de descubrir.