Andrea Tomé es una de las nuevas voces de la literatura juvenil española que más promete. Su primera novela en el mercado fue Corazón de mariposa, con la que recibió el Premio Plataforma Neo. Un año después publicó Entre dos universos. Y el pasado 2017 publicó Desayuno en Júpiter y El valle oscuro, dos obras que la han consagrado como una autora de referencia en el panorama de la literatura juvenil española. Con veintitrés años nos ha hecho viajar en sus obras por países muy distintos a través de un estilo cuidado y unos personajes inolvidables. 

Arrancaste tu carrera literaria en 2014 con Corazón de mariposa y desde entonces has cambiado mucho como autora en los temas y las historias que tratas. ¿En qué han cambiado tus intereses a la hora de contar una historia? 

En el fondo creo que los temas que toco no son tan diferentes. Todas mis obras están centradas en el olvido y en el poder que el pasado tiene sobre nosotros, por ejemplo. Solo que claro, con el tiempo voy descubriendo cosas nuevas que me intrigan y que me inspiran para escribir.

En los últimos años, han aumentado los temas relacionados con la salud mental en la literatura juvenil. Un ejemplo es tu libro Corazón de mariposa, que trata la anorexia. ¿Qué crees que nos llevamos de estas novelas y qué queda por hacer?

Creo que es inmensamente importante tocar estos temas en la literatura, no solo porque son realidades, sino también para concienciar sobre una problemática tan estigmatizada e invisibilizada. ¿Lo que queda por hacer? Tratar estos temas con más honestidad, en algunos casos. Creo que es correcto que un escritor que no padezca una enfermedad mental escriba sobre ellas, pero es preciso que se documente bien y que esté asesorado por personas que sí que hayan padecido esa enfermedad.

En tus libros hemos visto una intención por ser representativa a la hora de introducir personajes LGBT y dar protagonismo a las mujeres. ¿Crees que a día de hoy sigue habiendo grupos infrarrepresentados en la literatura?

Desde luego. Aunque hay una mayor cantidad de libros LGBT, los personajes LGBT siguen siendo una minoría, como lo son las historias lideradas por mujeres, sobre todo en ciertos géneros. Creo que los enfermos crónicos siguen infrarrepresentados, así como las personas transexuales e intersex, y también ciertas orientaciones como la asexualidad o el arromanticismo. Me gustaría ver más diversidad religiosa en la literatura también.

Tanto en Desayuno en Júpiter como en El valle oscuro las fronteras entre la vida y la muerte, el realismo y la magia, se difuminan en algo que parece casi un realismo mágico. ¿De dónde nace este interés por los fantasmas y las realidades distintas?

Desde pequeña me han fascinado la magia y las historias de fantasmas. El realismo mágico, de hecho, es mi género favorito como lectora y como escritora.

El valle oscuro nos sitúa en un momento muy concreto de la historia de Japón. ¿Cuál fue el germen de la historia? ¿Cómo fue el proceso de documentación histórica?

Esta historia nació en el verano del 2013, tras ver Cartas desde Iwo Jima y empezar a preguntarme cómo fue la vida de los civiles japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. La documentación me llevó tres años, y fue un viaje muy intenso durante el cual tuve el honor de entrevistar a veteranos de guerra además de leer los diarios de kamikazes.

En El valle oscuro y en Desayuno en Júpiter abordas dos culturas muy distintas, desde puntos de vista muy diferentes. ¿Cómo te planteaste el reto de escribir sobre la historia de Japón? ¿Fue muy distinto respecto a situarte en el Gales de la actualidad?

Totalmente. Gales queda más cerca, y la cultura británica es mucho más familiar para mí que la japonesa. Puesto que quería hacerle justicia a las personas reales que vivieron en la época sobre la que yo escribía, traté de conocer al máximo todos los aspectos de la historia y la cultura japonesas, y puedo decir que me he enamorado de su folklore.

A la hora de escribir una nueva novela, son muchos los elementos que influyen. En Desayuno en Júpiter parecen tener peso sus dos personajes; en Corazón de mariposa, un tema como la anorexia; en Entre dos universos, una enfermedad como el cáncer; en El valle oscuro un acontecimiento histórico. ¿Sigues un esquema fijo a la hora de empezar a escribir un libro?

Soy escritora mapa al 100 %, de modo que siempre sigo esquemas. También es cierto que mis novelas suelen guiarse más por los personajes que por el argumento en sí, pero normalmente intento ser lo más honesta posible con las historias que pretendo contar, y cada novela es distinta.

En los últimos años se ha venido hablando de una generación, en la que se te sitúa, de nuevas voces de mujeres en la literatura juvenil española. ¿Qué crees que puede aportar tu generación al panorama actual?

Honestidad. Creo que durante mucho tiempo las mujeres hemos estado calladas o intentando no hacer ruido, y creo que ahora que hemos encontrado nuestra voz nos vamos a hacer escuchar.

¿Cuáles crees que son los campos que quedan por conquistar en la literatura juvenil? ¿Cómo es ese libro que esperas leer y todavía no has encontrado?

Lo cierto es que estoy muy orgullosa del panorama juvenil, tanto a nivel nacional como internacional. Aunque estamos por delante de otros géneros, todavía necesitamos más diversidad de voces y de historias, y ante todo debemos tener más confianza en nosotros mismos y en el poder de nuestras palabras.

Sabemos que estás cursando un máster de edición en Reino Unido. ¿Crees que esta experiencia está cambiando tu forma de sentarte ante una historia?

Puesto que estoy siempre rodeada de un grupo de amigos multicultural, creo que he abierto los ojos antes muchas historias y puntos de vista que antes no conocía con tanta profundidad. Además de que conocer la industria tan a fondo desde dentro te hace pensar en la manera en la que estructuras las novelas, en tus lectores...

En 2017 pudimos disfrutar de dos historias tuyas de forma muy seguida, así que es de esperar que todavía pasará algo de tiempo hasta que podamos leer la siguiente. ¿Nos puedes contar qué proyectos tienes a la vista?

Ahora estoy trabajando en un proyecto muy especial y distinto a todo lo que había escrito hasta ahora, ¡pero de momento eso es todo lo que puedo decir!

¡Muchas gracias por tu tiempo!