Participaste en el premio Edebé quedando finalista en 2009. ¿Cuál es tu experiencia como participante en un premio literario y qué consejos puedes dar a quienes pretenden serlo? ¿Tienes pensado volver a intentarlo en algún otro concurso?
Los premios literarios son emocionantes, pero también requieren mucha paciencia. Y tener en cuenta que se presentan muchos candidatos, algunos de ellos profesionales con muchos libros a sus espaldas. Sobre todo, ánimo y paciencia. ¡Y no desanimarse si no se gana! Hay que tener en cuenta que de quizás hasta 300 manuscritos que se presentan, sólo puede ganar uno. Yo no descarto volver a presentarme a algún concurso, pero eso tendrá que esperar. Antes hay que acabar otros proyectos...
Mientras estudiabas, ¿ya sabías que querías ser escritora, o lo veías como algo que no iba contigo?
Pues escribía cuando era pequeña, y me encantaba. Luego lo dejé porque los estudios requerían toda mi atención, hasta que en la universidad me puse de nuevo. Me gustó tanto que ya no lo pude dejar y aquí estoy ahora, estresándome si no puedo escribir durante una semana. Ser escritora es algo que nunca me planteé en serio hasta que terminé el primer libro. Escribía porque me gustaba, publicar los libros parecía un sueño muy lejano y complicado en ese momento.
Hay escritores que una vez terminada una novela, no corrigen ni una coma del texto, y hay otros que repasan la historia de la primera a la última página. ¿Qué método de escritura y corrección sigues con tus novelas?
Pues depende de la novela. Cada una requiere una técnica, no hay dos iguales. A veces las escribo de un tirón y así la envío, otras las reescribo varias veces, depende mucho de la historia. Un método fijo e inflexible me provocaría incomodidad, la inspiración hay que dejarla fluir hasta que dices: ahora sí, ya está.
¿Y tu rutina como escritora? ¿Tienes un horario fijo o cuando llega la inspiración?
Pues exactamente lo mismo. Un horario fijo es complicado cuando tienes otras obligaciones. Yo nunca me obligo a escribir, porque es algo que hago porque me gusta. Y como me gusta mucho, pues escribo siempre que puedo. Pero no tengo horarios fijos, aunque me inspiro mejor al empezar el día o al acabarlo. ¡E incluso no han sido pocas las veces que me he levantado de madrugada para tomar nota de algo! Eso sí, siempre uso para tomar notas las mismas libretitas y los mismos bolígrafos borrables. Y soy muy, muy organizada en lo que a mi área de trabajo se refiere.
Aunque en la trilogía de Las sendas de la profecía aparecen diferentes criaturas míticas, los elfos tienen un especial protagonismo. ¿Por qué elegiste a esta raza en concreto? ¿Cuál fue la primera ocasión en que leíste sobre estos seres?
La primera vez que leí sobre los elfos fue con los cuentos tradicionales, siempre me han gustado mucho las criaturas fantásticas. Pero me enamoré de los elfos con El señor de los anillos, mi libro preferido. Me encanta esa esencia alegre y amarga a la vez que irradian sus elfos.
La relación de los protagonistas de tu trilogía parece del todo imposible pese a los sentimientos de ambos. ¿Qué tienen de atrayente las relaciones complicadas para los autores que parecen escribir tanto sobre ellas?
Bueno, ¡una relación fácil haría que el libro se acabara muy pronto! Son los problemas los que hacen que haya muchas cosas que explicar, en las que pensar. Las que nos hacen enfrentarnos a los desafíos. Aunque en todos los libros, también en los míos, hay relaciones tranquilas y fáciles. Como en la vida misma, donde hay de todo.
¿Cómo ha sido para ti la aventura de conseguir publicar por fin la tercera parte de tu trilogía? Sabemos que no ha sido un camino del todo fácil, ¿cómo te sientes ahora que lo has logrado?
La verdad es que sí fue un poco chocante cuando mi editorial desapareció sin más, pero por suerte encontré varias editoriales que estaban dispuestas a publicar el fin de la saga. Estoy muy contenta con Mundos Épicos, muchísimo. Y espero que pronto podamos reeditar la trilogía entera juntos y quizás algo más.
En tu página web podemos leer que no descartas escribir una secuela de Diabólica con ciertos personajes, que para aquellos que se han leído el libro, no serían nada nuevos. ¿Tienes ya pensada esa segunda historia o sigue guardada en el cajón mientras surgen otras ideas que contar?
Cuando acabé Diabólica, pensé que algún día llegaría una secuela. Pero era un proyecto a largo, muy largo plazo porque tenía otras cosas en marcha y tenía que pensar mucho en ella. Aunque los lectores me escriben a menudo preguntándome por ella, y cada vez que lo hacen sus personajes vuelven a mi mente y me tientan. Así que ya no es un proyecto a tan largo plazo. Me pondré con ella tan pronto como pueda, lo prometo. Lo mismo que con algún libro más de la saga de Las Sendas, la curiosidad de los lectores por saber más cosas despierta también la mía.
En ese mismo libro, una de las protagonistas, Adrianne, lleva un colgante que tú misma mandaste hacer a tu hermana para ti y otro para sortear en tu web. ¿Tienes algún objeto más que pertenezca a alguno de los personajes, y que también quisiste hacerlo «realidad»?
El colgante de Adrianne es muy especial para mí por diversos motivos personales, siempre lo llevo puesto. Hasta ahora es el único objeto sacado de los libros. Aunque los bolsos y ropa de abrigo que llevan mis personajes escoceses suelo imaginármelos como los que llevo yo cuando voy para allá, y que también es elaborada en mi entorno. Esa es más fácil de encontrar, aquí: http://ciento-volando.blogspot.com/. Cada vez que me pongo una bufanda o un bolso hecho en Ciento-Volando, me acuerdo de Escocia.
Taibhse alterna capítulos desde el punto de vista de Álastair, Liadan y el resto de personajes. ¿Se te hizo difícil ponerte en la piel de cada uno para ver el mundo a través de sus ojos?
Taibhse era el primer libro que escribía de esa forma, pero no había otra de hacerlo si quería reflejar los pensamientos de cada personaje, y reflejar su forma de ver el mundo paranormal. Lo más difícil fue decidir quién hablaba en cada momento, porque todos querían decir la suya.
En relación a la pregunta anterior, ¿Brìgh sigue el mismo esquema o has pensado algo diferente?
Brìgh, igual que la segunda secuela en la que estoy acabando de trabajar, siguen exactamente el mismo patrón. Aunque el número de personajes aumenta y su peso cambia. Se trata de un libro que pese a que pertenece a la misma colección se puede leer independientemente con toda libertad, así que no se ciñe exactamente a las pautas de Taibhse.
Se llamaba bosque es un cuento donde cualquiera puede ser el protagonista. ¿De dónde surgió la idea?
La idea me la propusieron los de Cuentis, y me pareció genial. Le tengo muchísimo cariño a mi propia copia, que me regalaron mis seres queridos. Tantos años de escribir libros... ¡nunca pensé que yo misma pudiera ser la protagonista de un libro! Es un regalo muy especial que todo el mundo puede hacer a los demás o a uno mismo. Fue una maravillosa idea la de los editores de Cuentis, y con mucho éxito.
Brìgh está a punto de publicarse, pero seguro que tienes más proyectos en mente. ¿Algún adelanto para nuestros lectores?
Pues como he comentado algo más arriba, estoy trabajando en otro libro sobre las apariciones de Escocia que estoy a punto de terminar. Y tengo otros proyectos, claro, pero de momento no puedo hablar más sobre ellos, primero hay que acabarlos.
Taibhse nació de un viaje a Escocia, Diabólica por el Camino de Santiago... Para que podamos hacernos una idea, ¿qué viajes tienes planeados para el futuro?
Si pudiese, viajaría por todo el mundo. Pero si tengo que establecer una lista de prioridades, Escandinavia está entre ellas. Estudio lengua danesa, y siempre dicen que no hay mejor forma de practicar un idioma que en su país de origen... Es una buena excusa para viajar, ¿no?
Gracias por una entrevista tan interesante y a los lectores, por estar ahí siempre, al otro lado del libro abierto. Y gracias por las cartas, los dibujos, vuestros recuerdos. ¡Hasta pronto!